CLÁSICOS: Largo y cálido verano

Unos dirán que lo más rápido es el sonido, otros que sin duda es la luz, pero yo digo que lo más rápido es la reputación, exactamente, la mala reputación. O sino que se lo digan a Ben Quick, (Paul Newman) famoso por acabar con un cerilla cualquier discusión.

Un granero empieza a arder y todas las miradas señalan a Quick como máximo responsable, aunque no existe ningún testigo ocular de los hechos, Ben es acusado y expulsado del pueblo.

Tras un largo recorrido hacía el sur, consigue que un coche se paré para que le lleven al pueblo más cercano. El coche resulta ser de Clara (Joanne Woodwad) profesora de colegio, acompañada por su cuñada Tula (Lee Remick). Las jóvenes son polos opuestos, mientras que Tula insiste a Clara para que recoja al joven autoestopista, Clara es reacia y solo ve a un muchacho sucio y creído, pero accede a llevarle hasta el pueblo, donde todo indica que el dueño y señor es un tal Varnes. 

Una vez en el pueblo, a Ben le recomiendan que vaya a la plantación de Varnes a buscar empleo, de nuevo le toca una caminata y cuando llega a la mansión Varnes, se encuentra de nuevo con Clara, degustando de una limonada con su amiga Inés mientras conversan sobre su estado de soltería. Clara de nuevo es descortés con Ben, pero la da instrucciones para que pueda ir a hablar con Varnes.

 El gran Varnes está internado en el hospital, asique le recibe su hijo Ted (Anthony Franciosa) y marido de Tula, desconociendo la reputación de Quick le renta una vieja cabaña y hace negocios con él. 

Ese mismo día Will Varnes (Orson Welles) regresa del hospital, haciendo su primera visita a su novia Minnie (Angela Lansbury: La entrañable "Bruja Novata" y la escritora detectivesca Sra Fletcher).

Cuando llega a su hogar, un nervioso y sudoroso Ted, pone al día a su padre sobre sus negocios, pero cuando se entera de que su inexperto hijo ha hecho tratos con Ben Quick, monta en cólera, Varnes sí es conocedor de cómo arregla sus asuntos Quick.

Will  llega a la granja donde ahora habita Quick, Varnes se deja embaucar por el carisma de Ben y renegocia con él. El recién llegado, tras hacer un autentico timo con consentimiento de Varnes, se hace cargo de la tienda que habitualmente lleva Ted y mejorando los resultados. Varnes ha apostado por un caballo ganador en Quick, cosa que sienta fatal a Ted, que ve como su padre empieza a tener más camaradería con él que con su propio hijo.

Ben se ha convertido en el brazo derecho de Varnes, e incluso le guarda un asiento en su mesa cuando Alan Stewart (Richard Anderson)  pretendiente de Clara les visita. El viejo Varnes ridiculiza tanto a Stewart como a su hijo delante de los demás comensales. Will siente tal orgullo por Ben, que le invita mudarse a su propia casa, solo para que seduzca a Clara, lo que enfurece todavía más a Ted, que no soporta verle en la tienda y que ahora le tiene que aguantar en la habitación de al lado.

Will que es un tipo exitoso pero viejo, quiere que su linaje crezca pero Tula y Ted aún no tienen hijos, y la relación de Clara con Alan no pasa de charlas en el  porche, Alan no piensa casarse con Clara y Clara miente a su padre de que si habrá boda.

Al final, Varnes descubre la mentira tras un rato bochornoso con la madre de Alan y enfadado y disgustado decide tomar cartas en el asunto y obligar a Clara a que se casé con Ben.

Ted, por su parte, que se ha sentido desplazado por el patriarca y timado por Ben, aprovecha que Will está en el establo, para encerrarlo y prender fuego al recinto con su padre dentro. En cuanto el establo empieza arder y el humo es visto desde el pueblo, de nuevo todas las miradas se dirigen a Quick como máximo responsable y deciden ir a por él sin esperar juicio alguno. Clara salva a Ben del linchamiento, descubriendo así, que el verdadero pirómano es el padre de Ben, cuyo nombre comparten. Y Ben, comprendiendo que no está bien el trato que ha hecho con Will para casarse con Clara decide alejarse del pueblo.

Ante las dudas del pueblo, Will se autoproclama culpable del incendio, alegando que fue él quien accidentalmente provocó el fuego y así logra salvar de la vergüenza pública a Ted.

La película fue rodada en 1958 y juntaría las vidas para siempre de Newman y Woodward, que se enamoraron al instante. Paul venia de un divorcio y Joanne acababa de ganar un Oscar por “Las tres caras de Eva”, su matrimonio duraría hasta el final de la vida de Newman, justamente 50 años después de conocerse.

ByEva.