Que horita y media más “guena”.
No tenía a nadie detrás que comentara la película, a nadie delante para apoyar
bien los pies, a nadie a la derecha para dejar el bolso y la compra, una bolsita
llena de bolitas de chocolate y tapada con mi fular ya que en las salas suelen
poner en el aire acondicionado alto, y ¡ale! A mimir. “El muñeco de nieve” hace
el mismo efecto que “el duérmete niño” o una buena dosis de valeriana.
Como me pesaban los parpados a medida que
avanzaba la película, película que por cierto no entendí. Diálogos sin sentido,
personajes totalmente apáticos y esos a los pocos que conoces porque luego
resultan un montón de nombres a los que no pones caras y viceversa… y lo peor
es… que te dan igual.
Yo estaba recelosa por ir
a ver un thriller. Mi miedo era que el muñeco de nieve cobrara vida y fuera él
el asesino. Pero tal fue el rollo que casi desee ese argumento improvisado en
mi mente, ¿Quién sabe si hubiera tenido más emoción? O incluso ¿más sustos? Que
aunque los sustos no revelen nada por lo menos te mantiene despierto.
Esto es lo que yo me
enteré de la película, y oye, lo mismo hasta hago spoiler y así evito que malgastéis
vuestro tiempo en ir a verla. Bueno, vale, siempre hay un roto para un
descosido, no revelare ningún dato importante, pero si luego vais a verla y os aburrís
no podréis decirme que no os avise.
La película está situada
en Oslo (Noruega) y Harry Hole (Michael Fassbender) y Katrine (Rebecca
Ferguson) que son policías comienzan a investigar una desaparición, la de una
mujer, madre de una niña y cuyo matrimonio con su marido se tambalea un poco.
De nuevo no me preguntéis
como, aparece un cuerpo, que cumple los mismos rasgos que la desaparecida, es
decir, madre de una criatura y con un matrimonio bastante flojo, incluso los policías llegan a sacar un factor común,
en los asesinatos cometidos por este asesino en serie siempre es un día de nieve
y como señal deja un muñeco de nieve bastante siniestro.
Pues en la investigación de
la desaparición y asesinatos, Fassbender y Ferguson comparten cartel con Val
Kilmer, Charlotte Gainsbourg, James D´Arcy, Toby Jones y J.K Simmons y cuando
no brillan por ser un personaje sin sentido, brillan por la falta de empatía que
supone su personaje. Por no hablar de los escenarios y de la constante sensación
del espectador de ¿Cómo se ha llegado aquí?,
bueno… sensación constante los que se estuvieran enterando de algo, en mi
estado de vigilia me llegaba la información necesaria para no roncar y saber
que estaba en un cine público. Un sonido fuerte, cuando faltaba media hora para
acabar, de 2 horitas que son, fue lo que
me metió un poco en la película, yo, que entre cabezada y cabezada decía “este es el asesino”, me desperté del
todo solo para saber si uno de los que yo dije era realmente el asesino. Y sí, acerté,
pero esa fue la parte más emocionante… el saber en qué parte tenía razón.
“El muñeco de nieve” está
basado en el libro “The Snowman” de Jo Nesbø publicado en 2007, traducido en la literatura como
el séptimo libro en la serie de Harry Hole. De los libros, la crítica
especializada cuenta maravillas de esta novela que alberga la novela negra. Yo
no lo sé. No los he leído. Supongo que como buena adaptación a pantalla grande
se habrá dejado cositas en el tintero para descontento de sus seguidores. Si a
eso añades una mala resolución en el guion solo te queda encomendarte al santo
de los fracasos en taquilla (si es que existe) y pedir que la crítica no sea
muy dura
El
director de “El muñeco de nieve” es Tomas Alfredson, nativo de la vecina Suecia. Vecino para los
Noruegos. Y como está rodada realmente allí, somos testigos de una fotografía fría
(fría porque esta todo nevado) pero preciosa, solo asaltada por planos algo
gores, que no impactantes, porque se nota demasiado el látex.
Martin Scorsese había
sido seleccionado como director (quizá otro gallo hubiera cantado) pero al
final Scorsese quedó relegado a productor ejecutivo (quizá para que su lado artístico
no saliera perjudicado por tal participación)
Lo que más me sorprendio es que se fumase en la pelicula |
Pero dejemos que hablen
las estadísticas. En “Rotten Tomatoes”, el tomate está podrido, ¿qué digo
podrido? Estampado, chafado, es kétchup. Yo no puedo defenderla, ¿cómo defender
algo que acabó por dormirme? ¡¡¡¡ y no tenía
sueño!!!!. Mi amiga tampoco salió contenta de sala, Solo unos tímidos aplausos
se dejaron escuchar, solo que nunca sabré si fue porque les gustó, o porque si
son de esos que les gusta aplaudir en el cine, pero me quedo con uno de los
comentarios del primero que abandonó la sala, que con un tono serio y crítico, sentenció
“no aplaudáis… que es una mierda”. Y
oye, independiente de que pareciera que le faltaba un hervor al tipo, he decir…
que tenía razón.
By Eva.
No te preocupes que yo no malgasto .
ResponderEliminarCiao
Mj