jueves, 30 de mayo de 2013

AÑOS 2000: Destino de Caballero




El mensaje esta vigente durante toda le película: “Que todo hombre puede cambiar su estrella”.

 
Y con esa creencia creció William Thatcher (Heath Ledger), hasta hacerse escudero de Sir Héctor, sus mejores amigos también trabajan para Sir Héctor son Wat (Alan Tudik) y Roland (Mark Addy) y estamos en pleno siglo XIV.




Pero mientras que Sir Héctor descansa de un torneo de justas que se está celebrando, fallece cuando aún le faltaba justar para llevarse el torneo. Los muchachos, dispuestos a no perder la oportunidad de llevarse algo de dinero, deciden, por iniciativa de William, qué será él quien juste en lugar de Sir Héctor. Y aunque William nunca se ha enfrentado a un rival,  sale victorioso del campeonato, siempre tapado por el yelmo de Sir Héctor para que nadie descubra su identidad, pues solo los caballeros pueden justar.

Wat y Roland, están contentos, por fin podrán comer, pero Will no. Piensa que con un poco de entrenamiento y mucha mentira, podrán participar en el próximo torneo, pero para ello necesitarán el dinero que han ganado para la inscripción. Cuando logra convencer a sus compis, se ponen manos a la obra para convertirle en un autentico caballero.


Mientras se dirigen a la siguiente ciudad donde va a ser el próximo torneo, se topan con un hombre completamente desnudo que se presenta como Geoffrey Chaucer (Paul Bettany), el nombre es honor al escritor de “Cuentos de Canterbury”. Deciden darle comida y ropa a cambio de que Chaucer falsifique títulos nobiliarios, imprescindibles para participar en el torneo. En esta secuencia William se presentará como Ulrich von Liechtenstein de Gelderland (en honor a otro noble y caballero real) y ya de pasó ir moldeando su mentira.

Cuando llegan a la ciudad del torneo, Will se enamora de una dama llamada Jocelyn (Shannyn  Sossamon) la cual es reacia a decir su nombre al principio, pues solo vé en Will a otro caballero fanfarrón pagado de sí mimo. Sus amigos, especialmente Geoffrey, con la lirica, ayudarán a Will a ganarse el amor de Jocelyn, que no resultará dificil, por que obviamente, a ella también le llamó la atención desde el principio.


Y también conoce al que será su peor enemigo y campeón del torneo el Conde Adhemar (Rufus Sewell), que reconoce que Ulrich, no tiene ningún estilo en la justa, pero que su forma de batirse es tan temeraria como admirable. Gracias a él, conocemos las reglas de la justa: Un partido son tres lances, un lance es golpear al adversario.  Se otorgan 2 lances directos si rompes la lanza. Pero, ganas directamente si tirás a tu rival de su caballo, quedandote también con el équido.


En pleno torneo a Ulrich, se le abolla la armadura, que un día fue de Sir Héctor, pero la única de la que consigue ayuda es de la herrera Kate (Laura Fraser) que tiene que abrirse paso en un mundo solo de hombres.

Ulrich se convertirá en ganador de la espada un premio menor y Adhemar de la justa, de nuevo todos sus compañeros están felices por la victoria, menos Will que desea batirse con Adhemar y vencerle en la justa. Por eso decide que en el próximo torneo no  participara en espada, apostando todo a la justa. Pero también descubren que su heraldo Chauncer tiene problemas con el juego.

A Jocelyn parece que también le ha gustado Ulrich, asique manda a su dama de compañía para conocer que vestimenta llevará Ulrich en la cena y así lucir iguales. Rolan ingenia una curiosa vestimenta con la tela del campamento y Will descubrirá su secreto…. Que no sabe bailar. 

Ayudado por sus amigos y Kate, aprende unos pasos de baile para salir airoso, pero cuando llega el gran evento, Adhemar trata de poner en evidencia a Will con algún tipo de baile típico en su tierra. Will inventa un baile con la ayuda de Jocelyn, que acaba haciéndose con todo el salón de actos. Adhemar, mal humorado deja el recinto, no ha podido ridiculizar a Ulrich y encima es el que está bailando con Jocelyn, curiosamente Adhemar también la pretende.

Las cosas van de bien a mejor para Will. Su pesada armadura ha sido sustituida por una mucha más pequeña y manejable, pero igualmente resistente, que Kate ha diseñado para él. Pero para desgracia de Will, que desea enfrentarse a Adhemar, este se ha retirado del torneo, justificando que su oponente, Sir Thomas Colville (James Purefoy)  es sangre real. Adhemar fuera de torneo, le cede el puesto a Ulrich, que acomete al enfrentamiento aún sabiendo que se trata del mismísimo príncipe Eduardo, el cual agradece la valentía de Ulrich cómo ya en su día agradeció su comprensión.

Pero de nuevo Will no está contento, ha ganado el torneo pero no a Adhemar y esa es su gran cuenta pendiente. Y para colmo en los siguientes torneos, tampoco se enfrentará a él porque el Conde ha sido llamado a filas para comandar en la Batalla de Poitiers.
Una vez que están en Paris, apuestan todos sus beneficios a favor de Ulrich, contra unos franceses que apuestan que será un francés el ganador. Mientras tanto Will, que ha ido a ver a Jocelyn para ofrecerla la victoria en prueba de su amor, no espera que su amada desafié a sus instintos de ganador y para demostrarle que realmente la ama… tendrá que perder el torneo.

Avanzamos en la película para llegar a Londres, con flashback incluido, cada uno cuenta la versión de cuándo fue la última vez que estuvieron en Londres y Will recuerda a su padre del cual no sabe si sigue vivo, pues la última vez que le vio aún era un niño.
Adhemar también estará en este torneo, con lo que nadie cuenta, es que el Conde descubre el secreto de Ulrich… que no es de linaje noble. Y Will se enfrentará a la peor decisión de su vida… huir… o intentar seguir cambiando su estrella.

La película, que fue rodada íntegramente en Praga (Republica checa), hizo despegar a Heath Ledger, desde el anonimato al estrellato. La banda sonora, lejos de los juglares, hace un guiño a la música moderna, aunque toda la película tiene destellos de nuestra época. E incluso cuando Geoffrey se atreve a decir “damas y caballeros… y todos los que no se sientan en un cojín” es algo parecido a lo que dijo Bono durante un concierto de U2,  Jocelyn y Will cuando bailan lo hacen al son de David Bowie, y la armadura de Kate tiene su propio símbolo al más puro estilo de Nike.

Supongo que la película, no es precisamente un ejemplo de buen cine, pero yo tuve el honor de verla en pantalla grande, hará más de 10 años. Me gusta esa visión moderno-medieval y creo que el “rollito” de superación que tiene Will nunca pasará de moda.

ByEva.

4 comentarios:

  1. ¡Me encantaba esta peli! Me la has recordado, tengo que volver a verla.
    Un besote de Lamiradadeluci

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  2. A mi si me gusto esta pelicula, no es que sea gran cine como dices, pero no es una pelicula aburrida y la musica esta genial.
    Pus vaya, como que me apetece verla de nuevo jejeje

    Un beso

    MJ

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  3. Dicen que se inventarón a un critico para que hablase bien de la pelicula. Con nosotras no necesitarían inventarse na. Si el fondo ni criticos, ni grandes productoras, quien tiene la última palabra es el público.

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    Respuestas
    1. Tampoco gustó el Guardespaldas y a mi me gustó mucho. asi que llevas razon quien tiene la ultima palabra es el publico.
      Unbeso

      Mj

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