martes, 22 de septiembre de 2020

UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES

 


Ya lo decían unos señores, no sé si cualificados, pero desde luego sí con cierto criterio…: “Un hombre lobo americano en Londres” no es apta para menores de 13 años, y no los 13 de ahora, que esos ya van estando “curaus” de espanto, sino los inocentes 13 años de los ochenta… asique sólo se nos ocurrío a mis hermanas y a mí ver una película de “hombres lobos”, que hasta Michael J Fox y años después Taylor Lautner no conseguimos ver el atractivo a los licántropos, ver una película de ese gremio… y no sé si mis hermanas tendrían los 13, pero sé que yo no, la vimos “destrangis” para que mamá y papá no se enteraran y desde entonces tengo dos horribles secuelas: Me da un poco de canguis oír aullar un perro por la noche y me da muy mal rollo pasar por el largo túnel de “Diego de León” completamente sola.

Jack (Griffin Dunne) y David Kessler (David Naughton) caminando por Inglaterra

 

A pesar de mis pequeños traumas, la película está considerada de culto, sí y por mi también, que ya no la tengo que ver a escondidas, y aun hoy, siento un hormigueo cuando veo a esos dos jóvenes americanos pasear por los “Paramos” y salirse de la carretera.

Hasta que llegan a "El Cordero Degollado" en East Proctor

 

David Kessler (David Naughton) y Jack Goodman (Griffin Dunne) son dos jóvenes norteamericanos que están de vacaciones por la vieja y fría Inglaterra en plan mochilero y llegan hasta un pueblo llamado East Proctor. Deciden entrar al primer garito que ven abierto, que bajo el nada apetecible nombre “El Cordero Degollado” descansa varios del pueblo, que ya de por sí dan mal rollo, más que nada por su bipolaridad, se pueden estar riendo a carcajadas y al rato sucumbir en el silencio.

La propietaria (Lila Kaye) no quieren que se queden pero tampoco que se vayan

 

A Jack le llama la atención un símbolo que hay de la pared, que lo asocia a la, para ellos, leyenda del hombre lobo, cuando saca el tema, la poca hospitalaria gente de East Proctor invita a los jóvenes a irse de ese garito lo antes posible, con tres advertencias, que tengan cuidado con la luna, que eviten los páramos y que no salgan de la carretera. La propietaria del bar (Lila Kaye) no ve con buenos ojos lo que están haciendo sus vecinos, dejando a los chicos a la merced de la criatura que ellos saben que se esconde en los paramos en luna llena, solo espera que la lluvia juegue a favor de los chicos, aunque les cale enteros.

Todos en ese pueblo saben que algunos cuentos de terror existen

 

Obvio que deja de llover, pero también es obvio que los chicos se han despistado y han abandonado la carretera adentrándose en los páramos cuando un fuerte aullido les pone alerta para volver a “El Cordero Degollado”. Ya es tarde… una criatura, con aspecto de lobo, pero mucho más salvaje, se lanza sobre Jack matándole. También ataca a David, pero este sale vivo del ataque salvo por un par de arañazos que aún así le dejan en un hospital de Londres.

Con luna llena y lejos de la carretera...empiezan a escuchar aullidos

 

Allí conoce a la enfermera Alex Price (Jenny Agutter) entre ellos nace una atracción, e incluso ella le ofrece su casa cuando salga del hospital sino tiene a donde ir. Pero mientras dura su convalecencia en el hospital David empieza a tener pesadillas que para él parecen reales, y despierto empieza a tener alucinaciones, salvo que no lo son, su amigo muerto Jack, se le aparece solo para advertirle que en la próxima luna llena se va a convertir en hombre lobo y dejara más víctimas por el camino, le ofrece una solución, que se mate, pero David no lo cree.


Alex Price (Jenny Agutter) muestra más interes por David que por otros pacientes

 

El que va atando cabos es el doctor que trata a David J. S. Hirsch (John Woodvine) que, aunque no cree la historia completa de David de convertirse en lobo, sí cree que algo está pasando en East Proctor y decide investigar por su cuenta.

David J. S. Hirsch (John Woodvine) es doctor e investigador

 

Cuando llega de nuevo luna llena, David se convierte en hombre lobo y con un Londres a sus pies vemos que Jack tenía razón, y mira que se lo dijo veces, cada vez más putrefacto, pero se lo dijo. Eso sí, David no recuerda nada, ni siquiera el insufrible dolor que sintió en la transformación. Asique a David aun le queda muy lejos jugar al baloncesto y ser un icono juvenil, o pasearse sin camiseta a 45º en pleno invierno, el lobo de David parece tener solo un final, si aguanta un poco puede irse a vivir a “Mystic Falls” y allí pertenecer a una manada, pero estamos en los ochenta y el romanticismo por la licantropía aún no existe.

David convirtiendose en mascota... asi dicho no da tanto miedo

 

Como tampoco existían el mejor maquillaje en los Oscar, una categoría que tuvo que inventarse para “Un hombre lobo americano en Londres” y es que esa transformación en plena luna llena aun sigue siendo una de las mejores transformaciones que ha dado el cine, sin menospreciar a Jack, y sus apariciones como muerto viviente, cuyo maquillaje estaba muy, muy conseguido.

Jack se lo advierte: en luna llena se va a convertir

 

La película está dirigía por John Landis, quien además tiene un pequeño cameo sin acreditar, y también es guionista, siendo una idea original suya desde 1969. 

Este vecino ( David Schofield) se siente culpable por no evitar que los chicos se fueran

 

La banda sonora está exquisitamente bien cogida con canciones que hablan sobre la luna: “Blue Moon” interpretada tanto por  Bobby Vinton, como por Sam Cooke y o “Doo Wop”, “Bad Moon Rising” de “Creedence Clearwater Revival” o “Moondance” de Van Morrison. Landis hubiera metido más canciones “lunáticas” pero no consiguió los derechos. Aparte de estos clásicos también localizamos la banda sonora original creada por Elmer Bernstein, asique la música es toda una garantía.

Insisto una de las mejores transformaciones

 

“An American Werewolf in London” (por una vez el titulo está bien traducido) dura 97 minutos y se hizo con un presupuesto de más de 5 millones de dólares llegando a recaudar 62 millones en el caloroso verano del 81.

Jack no es solo una alucinación, es una advertencia

Añadir que existe una secuela en 1997 titulada “Un hombre lobo americano en Paris”, que no la he visto, pero por lo que he leído sin vincularse mucho con la de 1981, ni en personajes, ni en equipo técnico, ni en historia, no creo que la vea.

La estación es n Tottenham Court Road en Londres

 

Podre vivir con las pequeñas secuelas que me dejo la película, porque de verdad mereció la pena ver semejante transformación en la época donde aun quedaba un mundo por descubrir en los efectos especiales, además mereció la pena también por esas versiones de “Blue Moon” que lo mismo te vale para una película de lobos que para que Zuko y Chacha se marquen unos pasos.

 

By Eva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...